El fin de semana se completó con la carrera de los profesionales el domingo 6 de abril. La salida estaba prevista para las 10:15 de la mañana desde la plaza de Brujas.
Nos levantamos a las 8 para desayunar con una sensación de leve malestar. Creemos que además del esfuerzo de la víspera también contribuyó la riada de cervezas antes y después de la cena. Haciendo un breve recuento, empezamos con una Duvel en el Hotel, una Leffe Blonde de 50 cl y una Brugse tripel antes de cenar. 2 botellas de vino entre cuatro para la cena y 2 Trapistes Rochefort 10 después. Todas las cervezas de entre 8,5 a 11,3 grados. Con cuerpo, alma y sabor, incluso afirmaría que hasta vida propia… Acabamos bien servidos, con menos también se puede estar.
El día arrancaba gris y con algo de agua aunque afortunadamente el panorama cambió. Si hubiese seguido así se hubiese complicado mucho la jornada para los pros. Aunque a decir verdad salieron con mucha ropa de agua, nos llamó la atención.
Cuando llegamos a la plaza había una multitud de aficionados para ver la salida. Pena que los coches de equipo no estuviesen en la plaza, como en Lieja, ya que la concentración de aficionados en aquel espacio lo hacían inviable.
En el escenario donde se pasaba el control de firmas había un grupo de música que cantaban en flamenco amenizando los espacios en los que el speaker no intervenía. Los medios presentes realizaban entrevistas en el propio escenario siguiendo un orden. Los ciclistas subían por una rampa en bici entre aplausos y vítores y nos daban sus impresiones de forma amable y distendida. Pena que no entendiésemos a los locales, Boonen , Devolder…
Phiney: «Esto es flandes. He dejado la maleta preparada en el hotel por si tengo que ir al hospital»
Cancellara:»Bonita forma de pasar el domingo por la mañana en brujas»
Imaginaos el ambiente de aquellas horas que incluso vimos a ciclistas sacando fotos del móvil desde el escenario !!!!
Entre los ciclistas había alguno bastante pinturero, como Jim Sogenzo del MTN, primer ciclista de color sudafricano en correr en worldtour. Sus declaraciones mostraban que estaba en una nube…. de la que se bajaría en el primer tramo de pavé, tal como vimos en la tele.
Entre banderas flamencas, música y declaraciones amenas se realizó el desfile de jacos para el empedrado. Impresiona la presencia de esos tios, Boonen y compañía …. Van Avermaet parece un tirillas en comparación. Imanol Erviti da la talla justo justo y el hermano de Nairo Quintana parece que está sufriendo una novatada, yo creo que podría denunciar al equipo y todo jajajajajajja 🙂
Tras ver la salida nos disponemos a preparar el plan para ver la carrera en algún punto, sabedores de que tenemos que hacer el check out, empacar la bici, maletas y demás. Sabíamos que ver esta carrera desde una cuneta es más que complicado, así que empezamos organizando unas pequeñas compras. Queríamos una gorra de ciclista, y cerca del hotel había un establecimiento singular, con muchos productos vintage, fixie en plan capricho… Además tenían una pantalla grande, pero no es todo…. ese día se concentraban amigos y clientes alrededor de una mesa con una gran variedad de picoteo y pinchos, con cerveza y vino para acompañar.
Pues como insistían tanto, allí estuvimos unas 5 horas comiendo y bebiendo, sin perder detalle de cada km de la carrera. Llamaba la atención que se oía mucho inglés en el local. Así conocimos a un californiano de Santa Mónica, un matrimonio escocés y demás gente variopinta que se habían acercado a Flandes a participar en el evento.
Los 3 minutos que separan el tramo a pie entre la tienda y el hotel fueron los 2 kms de carrera que nos perdimos, a partir del km 40. En el hotel vimos el final de la etapa disfrutando de la emoción del final, cuestionando al director del Omega, admirados por el trabajo de la fuga del día, el final de Avermaet y cómo no, comentado la victoria del gran «Spartacus».
Y así, tras una maratón de práctica de ciclismo y otra de espectadores, cargamos los trastos y para casa con una gran sonrisa y la mochila cargada de experiencias imborrables.
Siguiendo con el ambietillo y mundo ciclista, en el aeropuerto tuvimos la última sorpresa agradable del día, coincidimos por Patxi Azkarate, masajista del Orica y Gernikarra expatriado que nos contó por donde anda ahora. Qué gran equipo este Orica! El embarque al avión la realizamos con Erviti y Quintana, que estaban más que felices de llegar de una pieza, que no es poco.
Como dice Jesus Manuel «el frutero» nos despedimos con un «pero qué bonito es el ciclismo redios!!!!!!!!:)»
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